26 de enero de 2010

Qué fue de...?

Este fin de semana he estado en Londres. Porque sí, porque yo lo valgo.

Con el paso de los años (esto suena a consejo de abuelo cebolleta, pero es que una se hace mayor aunque no quiera...) me he dado cuenta de que las cosas hay que hacerlas en el momento y no dejarlas para más adelante. No me voy a poner tremendista en plan "y si mañana estamos muertos...?" pero lo cierto es que no podemos saber qué será de nosotros, ni dónde ni en qué condiciones estaremos mañana.

En fin, el propósito de esta "crítica" no era averiguar el devenir de la vida, si no la habitual aunque desapercibida habilidad de los medios y lobbies de opinión de hacer caer de la parrilla informativa un tema de ¿actualidad?.

Como decía, este fin de semana he estado en Londres y, camino de Candem Town, íbamos mi pareja y yo dejándonos llevar por las escaleras mecánicas de la Euston underground station cuando, de repente, surgió LA pregunta: "Oye, ¿qué fue de la Gripe A?".
Yo, que siempre he sido muy aprensiva con los pasamanos de todo tipo de escaleras, instintivamente me aparté más aún de éste, desobedeciendo los carteles de mantenerse a la derecha, e inmediatamente comencé a divagar sobre la gran pandemia mundial (al más puro estilo "28 días después") que podría haberse originado de ser ciertas las informaciones que durante meses nos repitieron hasta la saciedad en los informativos diarios.

Navegando un poco, he averiguado que, después de seis meses, han fallecido a causa de la Gripe A unas 13.000 personas en todo el mundo. De entrada, un@ pensaría que son muchas, pero en realidad, según la propia OMS todos los años mueren más personas de gripe común de las que han fallecido por la Gripe A.

A mí este tema de los medios y de cómo nos eligen las conversaciones que tendremos en el desayuno y en el ascensor no me pilla de nuevas. Es más, es un tema que como profesional del gremio me fascina, pero como ciudadana me espanta.

¿Qué fue de la Gripe A? ¿Qué pasó con esa histeria colectiva por llevar mascarillas y lavarse las manos con el gel antiséptico? ¿Qué ha sido de la millonada de euros que se gastó el Ministerio en vacunas?

En fin, son muchas preguntas las que se quedan sin respuesta. Hoy no se habla de eso. Hoy es Haití, mañana... los medios dirán.

19 de enero de 2010

Desastre natural: Eurovisión 2010

Vaya por delante que no soy una experta en el tema eurovisivo. De hecho, creo que la última vez que vi una gala de Eurovisión de principio a fin fue en 2002, durante mi Erasmus. Aunque ya se sabe que, estando fuera de casa, todo lo que suene a madre patria, gusta.

Bien, dicho esto, creo que el Festival este año va de desastres naturales. Lo digo porque entre el Huracán de El Gato y el Soy un tsunami de Karmele Marchante, el desastre está asegurado, naturalmente.

Aún no salgo de mi asombro de que este país de fiesta y pandereta esté dispuesto a mandar a Oslo a la periodista rubia. Y más aún, que ella misma esté dispuesta a irse a Eurovisión a... ¿a qué? ¡¡¡¡Porque ni siquiera se sabe la letra de la canción!!!!

Siempre he creído que este certamen es una buena oportunidad para que músicos anónimos se den a conocer. Véase sino el ejemplo de Azúcar Moreno, Sergio Dalma o la mismísima Massiel. Por eso no entiendo que se presenten rostros ya conocidos por el público español, ex-triunfitos en su mayoría, como Lorena, Fran Dieli, Jorge González o Daniel Diges (para l@s que seáis tan carrozas como yo, recordaréis que era "Gato" en la serie "Nada es para siempre" de Antena 3, allá por el año 2000).

Por tanto, y teniendo en cuenta como decía al principio que no soy una experta en el Festival, mis favoritos son:

- Coral Segovia: una mezcla entre Mónica Naranjo y Rosa-de-España, que además tiene experiencia en esto de los festivales de música.



- José Galisteo, que al menos nos alegrará la vista durante su actuación y/o posteriores apariciones televisivas.

- Kejío, por flamenquitos y made in Spain.